Desde
que asistí al Taller de Microcuento, descubrí que puedo decir lo mismo de
muchas maneras; y, bueno, si puedo contar el cuento como quiera; la audiencia
también lo puede interpretar como quiera.
Más
aún, después de ver la película ”Una Aventura Extraordinaria” (conocida
internacionalmente como “La Vida de Pi”), no me quedó más que reconocer lo
cándida que he sido todos estos años y lo cándidos que muchos decidimos ser.
Hace
años abandoné la religión, después de haber servido fervientemente en la
Iglesia Católica. Hoy veo como el mismísimo Papa abandona su puesto; aunque la
institución se desmoronó hace rato y, la destrucción de la mayoría de los
templos católicos durante el último terremoto en Chile (el 2010), también lo
leí como una señal de fin de los tiempos.
El
21 de Diciembre de 2012 dicen que “no pasó nada”; después que muchos
esperábamos que ocurriera algo remecedor; sin embargo, descubrí también que
quienes teníamos esos pensamientos, probablemente los teníamos porque en lo
profundo de nuestro ser ansiábamos un cambio. Y … claro … “n’a que ver” esperar
que los cambios vengan de algo externo; los cambios provienen de nuestro
interior. Si yo cambio, todo cambia; y … decidí cambiar; sacarme la mala vibra
que me andaba rondando y me tenía triste, y vestirme de nuevo con el traje de
felicidad que me queda mejor, me hace mejor y le hace mejor a los otros. Total,
yo me cuento el cuento que quiero y los demás … también.
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